¿Qué sostiene el sol y los planetas en el espacio? ¿Qué hay más allá del cielo? ¿Usted se equivoca alguna vez? Estas son algunas de esas preguntas que los niños hicieron en su día a Albert Einstein, y que pensamos que podrían seguir haciéndole en nuestros días. Esta certeza fue el origen de un espectáculo, que ponía nuevamente en contacto a los niños de hoy con la figura de este pésimo estudiante y genial científico que fue Einstein. Y con las paradojas de las matemáticas, la física y el espacio. De un modo lúdico. Apelando a la curiosidad. A la fascinación. A la risa. Porque los niños son así. Porque hacen preguntas y esperan respuestas claras y convincentes.
Las mismas preguntas («No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso) y la misma sed de resolverlas («Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas») que movieron al científico desde su juventud.
En 1905, un joven Einstein, que no trabajaba en ningún laboratorio, sino en la oficina de patentes de Berna, publicó una serie de artículos sobre la naturaleza de la luz, la existencia de los átomos y la teoría de la relatividad. Hoy, más de un siglo después, sigue resultando asombroso que un joven de 26 años elaborara trabajos de tal trascendencia.
Fue mágico cómo cambió nuestra visión del mundo, explicando la naturaleza de la luz, posibilitando aplicaciones prácticas como la TV, el rayo láser o las células fotoeléctricas, esbozando una teoría física (y no sólo química) de los átomos y abriendo la puerta a la física nuclear, interpretando que masa y energía se pueden transformar la una en la otra. Fue mágico que esto lo hiciera una sola persona y en un mismo año.
Nuestro “Einstein” fue creado en 2005 como espectáculo teatral interactivo para el Museo Príncipe Felipe de las Artes y las Ciencias de Valencia (un mes ininterrumpido en el Museo, gira por todo el Estado hasta 2007, gira en 2008 por siete países de Centro y Norteamérica bajo el patrocinio de Ministerio de Asuntos Exteriores) haciendo más de 300 representaciones.
Originalmente fue concebido para un espacio pequeño (un complejo hinchable) y grupos reducidos. En 2010, cinco años después, se creó una nueva versión del espectáculo a la italiana para teatros y espacios convencionales, permitiendo a una nueva generación de niños aproximarse a la figura del científico.
