Sinopsis
El dueño de una empresa de informática quiere venderla. El único problema es que cuando la fundó se inventó además un jefe ficticio, «El jefe de todo esto», detrás del que podía esconderse cada vez que era necesario tomar decisiones incómodas e impopulares.
Cuando los compradores insisten en hablar directamente con el presidente, el auténtico dueño se ve obligado a hacerse con los servicios de un actor venido a menos para que se enfunde en el papel de dicho «presidente». De esta manera, además, se evitará el mal trago de despedir a los «Seis ancianos», es decir, a los seis empleados con los que inició su aventura empresarial.
Los empleados conocerán por primera vez al «jefe de todo esto» con el que, a lo largo de los años, se han ido comunicando a través de e-mail. A cada uno le ha dicho cosas diferentes, así que el pobre actor contratado tendrá que improvisar a medida que se va enterando de lo qué tiene con cada uno de los trabajadores de la pequeña empresa.
A medida que pasa el tiempo, el actor que quiere hacer de cada momento una gran interpretación, verá que él mismo se ve envuelto en la pantomima hasta que ya no puede liberarse del personaje que ha creado.
«El jefe de todo esto» gira, por tanto, alrededor de una sustitución de identidad. Es una historia de simulaciones y una reflexión sobre el poder, y también sobre el narcisismo de los actores. Una comedia sobre la falsa humanización de las empresas, sobre las relaciones laborales y las relaciones personales, con pinceladas de humor negro y diálogos a veces surrealistas que no esconden la verdadera tragedia de un desmantelamiento laboral.